La búsqueda de un nuevo actor que interpretara a 007 sucediendo a Roger Moore, retirado de la serie tras Panorama para matar, provocó la previsible locura mediática. Los candidatos rumoreados iban desde el plausible Sam Neill pasando por el improbable Christopher Reeve (dijo que habían contactado con él) hasta el virtualmente imposible Finley Light (un desconocido modelo Australiano). Finalmente, parecía que lo único cierto era que Pierce Brosnan sería el siguiente James Bond en 007: Alta tensión y Albert R. Broccoli lo había hecho todo, excepto anunciar oficialmente a Brosnan como nuevo 007. Claramente, se trataba de una elección popular con el público, que pensaba que la experiencia de Brosnan interpretando un detective en la recientemente cancelada serie de televisión Remington Steel le daba los conocimientos necesarios para el papel. Sin embargo, cuando la NBC pensó en reactivar la serie, Brosnan se vió obligado a hacer tripas corazón por perder el papel. (Irónicamente, el nuevo Remington Steel fue cancelado poco después).

Broccoli se acercó entonces a Timothy Dalton, a quien había considerado durante mucho tiempo un firme candidato para el papel de Bond. Cuando Dalton aceptó de forma entusiasta, la maquinaria publicitaria se puso en movimiento para asegurar que cada fan de Bond en la tierra supiera que él había heredado el testigo de Roger Moore. La elección de Dalton fue estratégica. Su intenso estilo de actuación aseguraba que las películas Bond volverían al género de los thrillers serios. En efecto, 007: Alta tensión está refrescantemente exenta de embarazosos gags y humor exagerado. Dalton se tomó el papel de Bond seriamente y se sumergió en la lectura de las novelas de Fleming para asegurarse que daba a 007 un fondo peligroso. En efecto, si Dalton tiene alguna crítica es su incómoda forma de decir las obligatorias respuestas cortas de cualquier actor que interpreta a Bond. Afortunadamente, el guión las reduce a la mínima expresión.

En cualquier caso, 007: Alta tensión tuvo éxito tanto a nivel artístico como financiero. La película es un animado thriller con un reparto diverso e interesante, lugares exóticos y una excelente banda sonora a cargo de John Barry. Los momentos más destacados incluyen una secuencia precréditos excelente y una lucha incluso más impresionante entre Bond y su potencial asesino a bordo de un avión – una de las más impresionantes escenas de especialistas aparecidas jamás en la serie. Los puntos débiles incluyen enemigos de poco calibre y la falta de aventuras románticas de Bond, que esta vez es monógamo (con una breve excepción). La era Dalton había empezado, aunque nadie sabía en ese momento que su considerable contribución a la serie se limitaría a sólo dos películas.

Trailer de la película

Banda Sonora

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